¿Y si…?

Últimamente, TikTok se ha empecinado en mostrarme videos de ancianitos sufriendo a causa del abandono y la soledad. Sea en la ciudad o en el campo, la escena es la misma: ancianos enfermos, solos, sin compañía ni ayuda. Pienso en ello y no puedo evitar llorar, del mismo modo como lloré hoy mientras esperaba una ecografía en Essalud. Un par de abuelitas estaban allí, confundidas, desorientadas. Y me pregunté: ¿terminarán así mis días? ¿Y si un día no puedo valerme por mí misma? ¿Y si cometí un error al decidir no tener hijos?

Sigue leyendo «¿Y si…?»

Rota

Cierta vez, hablando con la Directora de mi colegio me señaló, muy convencida, que no estaría completa hasta que no fuera madre. Si bien entendí que lo dijo de forma inocente (creo), dejé esa afirmación refundida en la trastienda de mis recuerdos hasta que ayer mi hermana me espetó un “ten tus propios hijos”. Lo que me dolió profundamente. Quizá porque ya estaba sensible, quizá porque me sentía culpable, quizá porque me sentía rota, quizá porque ver llorar a mi madre me quemaba el corazón… No sé.

Sigue leyendo «Rota»

Docente

«La educación no es llenar un cubo, sino encender un fuego»

William B. Yeats

Algo que siempre me preguntan es si siempre quise ser profesora y navegando entre mis recuerdos, no puedo hallar el momento exacto en que decidí serlo. Quizá cuando estaba en primaria y tuve dos profesoras a las que admiraba tanto que quise ser como ellas, quizá cuando jugaba a la escuelita con mis hermanas y mis juguetes, o quizá ambas situaciones se alimentaron una de la otra para llevarme hasta la posición en la que me encuentro ahora. No sé.

Siempre me atrajo el uso de la pizarra, la revisión de los cuadernos, el corregir exámenes o poner sellos de revisado, y si bien conozco a quienes la vida los fue empujando hasta esta posición docente, en mi caso, me fui lanzando hacia ella más y más.

Sigue leyendo «Docente»

Recuerdos

Los verdaderos recuerdos no están en una foto, sino en el corazón.

Etimológicamente recuerdo se forma de la unión de “re” que significa de nuevo, y “cordis” que se traduce como corazón; es decir, que recuerdo significa «traer nuevamente al corazón». Este concepto me parece sumamente hermoso. Si bien, la formación de los recuerdos es un tema que ha suscitado el interés de muchos especialistas e investigadores quienes han planteado diversas teorías sobre el origen de estos, siempre me ha preguntado por qué existen recuerdos que simplemente aparecen y te embargan, te llenan de emoción y te hacen sentir, ¿por qué algunos recuerdos se alojan realmente en el corazón?

Sigue leyendo «Recuerdos»

Desvergüenza

En febrero del 2017 dos colegas y yo decidimos iniciar un proyecto cuya inversión cubriríamos en partes iguales. A los pocos meses y tras algunos desacuerdos, una de ellas abandonó el barco. El problema, dinero. Las dos que quedamos decidimos asumir y continuar con lo iniciado, pero necesitaríamos más dinero. Por tener un buen trabajo y excelente reputación bancaria, yo me haría cargo del trámite para el préstamo bancario el cual asumiríamos las dos, en partes iguales. A los dos días de iniciar y con el dinero ya desembolsado, la «señora» se borró del mapa. No contestaba mensajes de WhatsApp, tampoco llamadas, estaba inubicable. Por primer vez, decidí no aplicar mi técnica de pensar lo peor para no sorprenderme. «Quizá le han robado el celular», pensé, así que le escribí por Chat de Facebook. Dos días después me contestó de madrugada: «Kathy, a mi hermano lo van a tener que intervenir y él no cuenta con un seguro así que lo operarán en la clínica que el trabaja y el monto de la operación mas la post operación se nos están elevando los precios y sin contar los análisis que le están haciendo». Y me dejó colgada con TODOS, ABSOLUTAMENTE TODOS LOS GASTOS para que los asuma S-O-L-A. Nuevamente pensé «No, Kathy, cómo podría ser capaz de enfermar a su hermano con tal de zafar». Pero, busque información y una amiga buscó en la clínica donde lo iban a operar, pues ahí trabajaba. No lo conocían. Quizá se cambió el nombre, pensé. Quizá es hermano de cariño. Quizá hermano de otro padre u otra madre; pero lo que no había forma de negar era que me había mentido. Iban a invertir todos sus ahorros porque el chico no tenía seguro y esto era FALSO. Es decir que todo esto no eran más que patrañas. Puras, patrañas.

Pero la cosa, no quedó ahí. Había gastos gruesos que teníamos que asumir, fuera del préstamos que se negaba a pagar, así que tomó unos proyecto en la editorial donde trabajaba para poder pagar estos, así al menos me «ayudaría con los gastos» (cuánta bondad), pero quien hizo todo el trabajo fui YO y cuando tuvo que entregarme el dinero, se demoró en hacerlo y tuve que insistir, constantemente. Y esto se volvió una conducta recurrente. 

Sigue leyendo «Desvergüenza»